Calma un perro que llora o aúlla
Perro que llora: ¿qué soluciones?
Enséñale la soledad
En adopción, el cachorro se separa brutalmente de su madre y de su entorno, con el que ya se ha logrado familiarizar. Cuando es adoptado, traslada toda esa frustración a su nuevo maestro y comienza a crear un fuerte vínculo de apego con él. Su ausencia será una fuente de ansiedad para el animal. Para pedir consuelo, llora o gime. Esto es normal si su cachorro es muy pequeño. Por lo general, el desprendimiento es iniciado de manera natural por su madre alrededor de los 4y más. De lo contrario, debes educarlo tú mismo.
Anímale a ser independiente
La primera noche en que tu nuevo compañero pasará solo, sin duda, será una noche inquieta. Incluso si estás en la misma casa, él todavía se sentirá ansioso por no verte. Te atrae hacia él ladrido y chillidos. Sobre todo, no te dejes emocionar por su hermosa apariencia. Para enseñarle la independencia, la mejor forma es no atender sus llamadas. Antes de dejarlo solo, basta con asegurarse de haber satisfecho todas sus necesidades (comidas, juguetes, ejercicios físicos, etc.).
Ayúdala a calmarse
Con tu ausencia durante el día, terminas con un perro frustrado. Por tanto, hay que ayudar a desdramatizarlo. Primero: no cree los rituales antes de su salida. Abandona los abrazos excesivos y las pequeñas frases como «no te preocupes, volveré enseguida». El perro toma estos hábitos muy rápidamente. Antes de irse, ignore durante unos minutos y haga lo mismo cuando llegue a casa. También puede crear falsas salidas para familiarizar al perro con su preparación previa al inicio.
Perro que llora: ¿hay alternativas médicas?
Del simple llanto a problemas de conducta
Un perro que llora y aúlla en ausencia de su amo es bastante común. Si esto va acompañado de destrucción, micción o autolesión, existen motivos para alarmarse. En ese caso, no se trata de una simple ansiedad, sino de un trastorno del comportamiento. Éste es el resultado del hiper-apego del animal a su dueño. Este hiperaferramiento se produce cuando el desprendimiento no se ha realizado correctamente. Estos trastornos también pueden ser inducidos por cambios bruscos como el cambio de casa o la llegada de un hijo. Asimismo, reaparecen cuando el perro envejece.
Realizar terapia conductual
La primera solución a los problemas de conducta sigue siendo la educación del perro. Es necesario seguir las mismas normas que con los cachorros (desensibilización a rituales de salida, desprendimiento, etc.). Si el modo sencillo no funciona, busque el asesoramiento de un experto. Consulte un veterinario conductual para examinar a su perro. Éste último sigue siendo el mejor situado para darte consejos adaptados a tu situación. En ausencia de resultados positivos después de la terapia conductual, el veterinario puede prescribir medicamentos para aliviar la ansiedad del perro. Llorar y gritar no son inevitables. Algunos animales son más sensibles que otros. Sea como fuere, es un trastorno muy molesto que a menudo lleva a disputas con los vecinos. Por tanto, no se deben tomar a la ligera por el bien de tu compañero, el tuyo y el de los que te rodean.
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