Consejos para juzgar menos a la gente

¿Por qué el juicio de la gente?

Cada uno juzga a su prójimo, consciente o inconscientemente, es la naturaleza humana. Pero esto no significa que le sea útil, a veces incluso es lo contrario. Puede hacerte despreciar a la gente, creer que eres mejor y crea división entre las personas. Cuando juzgas a alguien, a menudo lo haces sin conocerla ni intentar entenderla, y sin saber si tu juicio era bueno o no.

¿Cómo va el juicio?

Cuando se trata de desconocidos, ves a alguien y en función de su físico, juzgarás a esta persona, a menudo mal, y te detendrás en ese pensamiento amargo. Cuando se trata de personas que conoces, les ves haciendo algo que te irrita, te molesta, te decepciona o te hace sentir mal con estas personas. Jueces sin entender, ya menudo se detiene aquí. A menudo no hay comunicación que sigue. Y, sin embargo, es la comunicación la que puede ayudarte a entender el comportamiento de los demás, y mediante esta comprensión se puede crear un puente entre dos personas.

¿Cómo no juzgar a la gente?

Construye un puente en lugar de juzgar

  • intenta no juzgar : y si se encuentra juzgando a alguien en cuanto a su aspecto, padre. El truco es prestar la máxima atención a tus pensamientos como sea posible y discernirte cuando te encuentras haciendo juicio. Este paso puede ser difícil, pero una vez llegues, todo será más fácil.
  • Entender : En lugar de juzgar a alguien en cuanto o cómo se ve, intenta entenderla. Ponte en su piel, intenta imaginar de dónde vienen y su historia. Trate de hablar con ellos, para entenderlos. Si usted no puede, imagina las circunstancias que llevaron a esa persona a actuar o parecer como lo hace hoy.
  • Aceptar : desde el momento en que empiezas a entender mejor, aprende a aceptar las cosas y las personas tal y como son, sin querer cambiarlas. Acepta el mundo tal y como es, porque sólo puedes cambiarlo de pequeñas formas. Acepta, sino vas a vivir una vida de frustración.
  • Gustar : Una vez que has aceptado, tolerado alguien, el siguiente paso es amarlo. No hace falta que vaya a abrazarlo. Imagínate enviarle amor, aunque le hayas odiado, sin importar su género, apariencia, edad o antecedentes. El amor aporta alegría y luz a la vida de quien le recibe, pero también a quien le envía.

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