Diferenciar una hernia discal del simple dolor de espalda

¿Cómo diferenciar una hernia discal de un dolor de espalda común?

El dolor de espalda es una patología bastante frecuente. Quizás ya lo ha sufrido también. Puede ser inducido por varios factores. Éstos influyen en su intensidad, pero también en su duración. Por lo general, el dolor de espalda tiende a ser leve y se disipa espontáneamente o con bastante rapidez. Algo de descanso y algunos ejercicios favorecen la curación.

Si se enfrenta a un dolor crónico y recurrente, hay que prestarle mucha atención, porque puede esconder una patología más grave, como una hernia discal por ejemplo. El dolor a menudo sirve como señal de alerta y, por lo tanto, debería animarle a acercarse al médico.

En el caso de una hernia discal, es fundamental un tratamiento rápido, ya que se puede intensificar con el tiempo y, por tanto, será difícil de tratar. Es necesario, pues, aprender de manera imperativa a diferenciar un simple dolor de espalda de una hernia discal, para dar los cuidados adecuados.

¿Qué es una hernia discal?

Los discos intervertebrales situados entre las vértebras sirven para amortiguar cualquier trauma. Con el tiempo, estos últimos comienzan a perder cada vez más su elasticidad. Entonces son más frágiles y menos flexibles. Se puede producir una hernia discal cuando estos discos se rompen y salen de sitio después de un choque o un esfuerzo demasiado intenso.

Ante esta situación, comience a sentir un dolor agudo en un lado del cuerpo. La fragilidad y el adormecimiento siguen. Es necesario contactar rápidamente con un médico para diagnosticar la patología que implica la aparición de estos síntomas.

¿Cómo podemos diferenciar entre la hernia discal y el dolor de espalda?

El dolor es a menudo el signo principal de una hernia discal. Contrariamente a lo que se siente en el caso de un dolor de espalda habitual, éste es mucho más intenso y su intensidad aumenta gradualmente con el tiempo. Está aún más vivo cuando empiezas a toser o cuando estás quieto un rato.

Sin embargo, el dolor disminuye cuando se empieza a estirar las piernas o cuando se hace algo de ejercicio, como por ejemplo caminar. Los síntomas de una hernia discal pueden durar días, a diferencia del simple dolor de espalda, que puede desaparecer en pocas horas.

Además de una sensación de pérdida de fuerza, la hernia discal puede dañar la médula espinal, induciendo entonces una pérdida de control en los hábitos de excreción y micción.

¿Cómo tratar a una hernia discal?

En cuanto se encuentre con los síntomas de una hernia discal, debe consultar inmediatamente a un médico, que podrá evaluar la extensión y la gravedad del problema.

Además de la cirugía, pueden plantearse otros tipos de tratamiento para curar la hernia discal como la hidroterapia, masajes, termoterapia, electroterapia, remedios naturales que actúan como analgésicos y mucho más.

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