Entender cómo funciona un banco
¿De dónde sale el dinero de los bancos?
Depósitos de clientes
Los bancos generalistas, minoristas y de depósito sacan gran parte de su dinero de las cuentas de depósito de sus clientes. Éste es el fundamento mismo de su profesión. Un banco transforma los depósitos y ahorros a corto plazo de sus clientes en préstamos a largo plazo. Crea el paso del dinero por el margen de interés. Este último corresponde a la diferencia de tipos entre el crédito a largo plazo concedido a los prestatarios y los ahorros a corto plazo depositados por los clientes del banco.
Esto no significa que sólo los depósitos de los clientes sean suficientes para financiar todos los préstamos distribuidos por un banco. La normativa financiera europea exige que los bancos tengan permanentemente un umbral mínimo de capital que pueda liberarse en caso de crisis. El efectivo en cuestión procede en parte de los accionistas del banco y también de los beneficios que ha obtenido.
Bonos financieros y dinero del banco central
Además de los depósitos de clientes, los bancos también contratan préstamos a los mercados financieros, mediante bonos, a otros bancos (a través del mercado interbancario) y al banco central. Sea como fuere, el principio sigue siendo el mismo. Apuestan por el diferencial de tipos para crear dinero y, finalmente, obtener beneficios. Además de los intereses, comisiones, tasas de presentación y otros gastos de arbitraje también forman parte de las fuentes de ingresos de los bancos.
¿Cómo puede un banco quedarse sin efectivo?
Por riesgo de crédito
La profesión bancaria, naturalmente muy rentable, no está exenta de riesgos. Estos establecimientos están permanentemente expuestos al riesgo de crédito. Un banco se enfrenta a un problema cuando un cliente ya no puede pagar sus deudas a medio o largo plazo (crédito al consumo, hipoteca, préstamos empresariales, etc.). Esto significa que debe compensar el déficit aprovechando su propio capital. Cabe recordar que un banco también debe pagar las deudas a sus deudores, incluidos los depositantes, los mercados financieros, otros bancos y el banco central.
Si un solo cliente es insolvente, el problema es fácilmente gestionable. Sin embargo, el riesgo resulta muy elevado si cientos o incluso miles de prestatarios no pueden hacer frente a sus pagos. Entonces, el banco debe utilizar su propio efectivo e incluso podría sumergirse en los depósitos de sus clientes para mantenerse a flote. Este fenómeno genera entonces una falta de liquidez que afecta no sólo a la actividad del banco, sino también a las finanzas de sus clientes.
Debido al riesgo de tipos de interés
Como se ha explicado anteriormente, el banco financia los préstamos que distribuye a particulares y empresas en parte con depósitos de sus propios clientes. Sabiendo que el tipo retributivo de una cuenta de depósito es siempre inferior al tipo de los préstamos vendidos por el banco, el riesgo de tipos de interés no existe en este segmento.
No es el caso del dinero prestado en el banco central, en otro banco o en los mercados financieros. Un banco no puede evitar que sus deudores institucionales suban su tipo de endeudamiento. Sin embargo, si se produce este caso, el banco está expuesto al riesgo de tipos de interés cuando el tipo al que presta dinero es inferior al tipo al que toma dinero prestado a sus acreedores.
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