Fiebre: síntomas y tratamiento
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Fiebre: ¿cuándo tienes que preocuparte?
La fiebre se caracteriza generalmente por el aumento de la temperatura corporal después de una infección o enfermedad. Puede ir acompañado de escalofríos, cansancio, dolores de cabeza o dolores musculares.
Hablamos de fiebre cuando la temperatura supera los 38 °C. Es imprescindible tomar la temperatura en caso de sospecha de fiebre. En adultos puede utilizarse la vía oral para tomar la temperatura.
En los niños, se recomienda el uso de un termómetro rectal o de oreja. Sin embargo, los médicos y otros profesionales de la salud coinciden en que tomar una temperatura bajo la axila es menos efectivo.
¿Cómo bajar la fiebre?
En muchos casos, la fiebre y sus síntomas desaparecen solos sin tratamiento alguno. El aumento de la temperatura es el mecanismo de defensa del organismo frente a la infección. A los microbios no les gusta el calor, así que la fiebre es un arma para luchar contra ellos.
Cuando la fiebre es demasiado alta, sobre todo en niños, debe consultarse rápidamente a un médico, que puede prescribir febrífugos o antipiréticos. El paracetamol y el ibuprofeno son los fármacos más utilizados. El paciente deberá descansar y beber mucho, puesto que la fiebre puede provocar deshidratación. Para aliviar los síntomas y curarlos más rápidamente, también es posible utilizar determinadas plantas medicinales.
Así, una infusión de tilo tendría importantes virtudes para luchar contra la fiebre. La fiebre es sólo un síntoma, no necesariamente debe bajarse, sobre todo si no causa ningún inconveniente.
¿Cómo tratar la fiebre en niños?
Los brotes de fiebre en niños pueden desaparecer espontáneamente después de 2 o 3 días. No es imprescindible bajarlos cuando el niño parece que les tolera bien, es decir, sigue jugando, comiendo y bebiendo como siempre.
De hecho, un aumento de la temperatura no es necesariamente alarmante. Puede ocurrir después de una vacunación, dentición, infección viral o bacteriana, etc. En determinadas situaciones, sin embargo, se recomienda el asesoramiento de un médico:
- Cuando la temperatura del bebé tomada por vía rectal es superior a 38 °C, incluso si el bebé no presenta otros síntomas;
- Cuando el bebé menor de 3 meses tiene una temperatura superior a 38,5 ºC durante más de 24 horas;
- Cuando un niño de 2 años tiene una fiebre superior a 38,5 °C que ha durado más de tres días o si el comportamiento del niño ha cambiado.
El médico podrá prescribir un tratamiento adecuado para el niño después de su diagnóstico. En el más pequeño, puede incluso solicitar ingreso hospitalario para detectar las causas probables de la fiebre.