Guía para educar adecuadamente a un niño hiperactivo

¿Cómo deducir que el niño es hiperactivo?

Probablemente se pregunte cómo educarlo, cómo enseñarle las buenas maneras, etc.

Por un lado, un niño interactivo es sobre todo un ser inteligente, inventivo y creativo, con una fuerte sensibilidad artística oculta. Además, también es un ser muy cariñoso aunque lo muestre poco, en pocas ocasiones. Por otro lado, también puede convertirse en un ser torpe, llegando a romper las cosas con facilidad sin quererlo. Paralelamente, también existe un estallido frecuente de ira en la persona interesada. A decir la verdad, es un niño que le cuesta soportar la frustración, que no para de moverse y lucha por quedarse sentado en un único sitio. Ciertamente, frente a estas conductas a veces contradictorias, los padres deben encontrar las medidas adecuadas, las soluciones más adecuadas para hacer frente a la hiperactividad de su hijo pequeño.

Las soluciones ideales para educar correctamente a un niño hiperactivo

Establecer normas a seguir

Para tratar las conductas negativas de un niño hiperactivo, el primer objetivo consiste en establecer unas normas que debe respetar imperativamente. Para ello, puede, por ejemplo, empezar diseñando una lista de comportamientos que le resultan difíciles de tolerar. Concretamente, la idea es enumerar por orden de prioridad e importancia. De este modo, podrás corregir paulatinamente su comportamiento y enseñarle las formas correctas de actuar en una circunstancia concreta.

Haz responsable a tu hijo

Aparte de las normas, la educación de un niño hiperactivo debe ser a toda costa directiva. Por eso, es necesario adoptar a priori una pedagogía instructiva que pretende principalmente empoderarlo desde pequeño (a partir de los 5 o 6 años). Dicho esto, cuando habla demasiado o cuando hace muchas preguntas sin cansarse, primero debes entender qué quiere saber con esta actitud. Luego, puedes preguntarte si es imprescindible responderle. De hecho, puede que las preguntas de un niño hiperactivo no siempre sean fáciles de responder.

Crear un sistema de recompensas

Esta pedagogía ayuda a tu querubín a controlarse mejor. En este sentido, la idea es establecer un tipo de contrato escrito en el que se promulguen todas las actuaciones y circunstancias que debe mantener o mejorar. A cambio de cada progreso, hay que felicitarle y animarle con recompensas como una baraja de cartas, una consola de juegos, una hora de televisión o incluso una excursión al cine. Obviamente, cuanto más esfuerzo haga su hijo, mayor o mayor será la recompensa. Esto te permite aumentar el nivel de paciencia de tu hijo hiperactivo, un ser que no sabe esperar nada.

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