Los alimentos más extraños que existen
¿Cuáles son los alimentos más extraños que se comen en el mundo?
Es posible que los gusanos, las larvas o los fetos de los animales no sean alimentos que desee encontrar en sus platos. Y sin embargo, éstos son platos que disfrutan otras culturas.
Las Escamoles en Ciudad de México
Se trata de larvas de hormigas venenosas, que ponen los huevos en las raíces de las plantas de agave o maguey. Su cosecha es realmente espinosa, y la escamole a veces se llama caviar de insectos, por su alto precio.
Quienes lo han probado afirman que sabe a queso fresco, con un ligero regusto de nuez. Las escamolas se comen fritas en tacos, truchas o puré.
El Shirako japonés
En japonés, shirako significa «niños blancos», por un alimento que hace honor a su nombre. El shirako es el saco de esperma y líquido seminal de ciertos peces, como el bacalao, la rapa o el pez globo. Se puede comer crudo, en sushi, al vapor o frito, y cuando se cocina, el shirako hace circunvoluciones que se asemejan a las de un cerebro.
Su sabor es rico y cremoso, según quienes lo han probado. Algunas personas consideran que el shirako es una de las mejores partes del pescado y, en ocasiones, el precio puede ser bastante elevado.
Baluto en Filipinas
Es un huevo de pato fecundado, con un embrión parcialmente desarrollado. A continuación, el embrión de huevo se hierve vivo y el interior del huevo se come con sal, vinagre y guindilla.
Para probarlo, romper la parte superior del huevo, beber el líquido y después morder el interior: plumas, huesos, etc. Al parecer, el baludo es rico en gusto, parecido al de las aves de corral. Sólo tienes que olvidar que estás comiendo vivo un embrión de patito escaldado.
Cazu Marzu en Italia
Para preparar este plato atípico, los italianos dejan que el Pecorino se pudrigue –incluso se descomponda– bien, y después añaden larvas de mosca del queso –piophila casei– que proliferarán, y digerirán las grasas del queso.
El resultado? Un queso putrescente, cuyo gusto pica la lengua y el paladar, considerado una delicia por nuestros vecinos italianos de Cerdeña. Los corsos tienen su versión del Cazu Marzu, el Casgiu merzy.
El huevo de cien años en China y Taiwán
Es un huevo de pato colocado durante varias semanas, incluso unos meses, en una mezcla de caparazón de arroz, ceniza, sal, lima y arcilla. El resultado, aparentemente, es bastante delicado, con el blanco perdiendo su sabor, pero ganando una textura gelatinosa similar a la piel de cerdo, y la yema viendo su sabor aumentado por diez.
Todavía tienes que conseguir superar su aspecto poco atractivo y el fuerte olor a amoníaco que emana.
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