Lucha contra la diabetes tipo 2, el punto de lo esencial

¿Cómo diagnosticar la diabetes tipo 2?

Hiperglucemia crónica

Lo primero que me viene a la cabeza cuando hablamos de diabetes es el nivel de azúcar en el cuerpo humano. En términos médicos, hablamos más bien de hiperglucemia por un aumento anormal de la glucosa en la sangre. La insulina, una hormona pancreática, regula la absorción de azúcar por las células. Existen dos formas, incluyendo la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, pero ambas se caracterizan por hiperglucemia crónica. La diferencia es que el tipo 1 aparece sobre todo en la infancia. Se debe a la destrucción del páncreas que ya no produce insulina. Para el tipo 2, se trata más de ancianos y sobrepeso. La persona desarrolla resistencia a la insulina y ya no puede regular su azúcar en sangre. A largo plazo, la enfermedad comporta graves problemas de salud.

Una enfermedad que rara vez va acompañada de síntomas

La diabetes tipo 2 es el resultado de factores genéticos, ambientales y estilo de vida. Algunas personas están predispuestas a la enfermedad debido a genes heredados de riesgo. Pero el estilo de vida como una dieta poco saludable y mal controlada también agota al páncreas. Esta condición es muy difícil de diagnosticar, ya que rara vez se acompaña de síntomas visibles. Para informar de los riesgos de desarrollar la enfermedad, es imprescindible realizar revisiones médicas rutinarias. El nivel de azúcar en sangre se mide con un análisis de sangre utilizando una gota de sangre tomada de la punta de los dedos. Aunque el primer resultado muestre un sujeto sano, es necesario realizar análisis a intervalos regulares para detectar la diabetes lo antes posible.

¿Cómo hacer frente a la diabetes tipo 2?

Adoptar las medidas preventivas adecuadas

Los exámenes sistemáticos siguen siendo la mejor forma de prevenir la diabetes tipo 2. Se recomienda una prueba de azúcar en sangre en ayunas cada tres años en adultos y un diagnóstico bianual en niños de alto riesgo. Además de los exámenes médicos, las medidas preventivas están basadas en una alimentación saludable y ejercicio físico. Los comportamientos alimenticios sencillos como las comidas habituales y los alimentos sin exceso de azúcar y grasa ayudan a mantener los niveles de azúcar en la sangre y el peso. Es necesario privilegiar las fibras de verduras y frutas. El deporte permite también eliminar los kilos superfluos. Gracias a las actividades físicas, la insulina actúa con mayor eficacia. Caminar, nadar, correr, montar en bicicleta, 2,5 horas a la semana es suficiente para mantenerse saludable.

Medicar

La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que no puede curarse permanentemente. Por tanto, hablaremos de medidas adaptativas más que de medidas curativas. Existen fármacos antidiabéticos que pueden reducir los niveles de azúcar en sangre en el cuerpo. La metformina, por ejemplo, rompe la barrera de resistencia a la insulina. Los secretores de insulina (glínidas, sulfonilureas), en cambio, estimulan la producción de insulina. La inyección directa de insulina es también una alternativa muy válida. Por último, los fármacos que han aparecido recientemente en el mercado, como Victoza u Orlistat, están asociados a la pérdida de peso. A pesar de la existencia de estas opciones farmacéuticas, siempre insistimos en respetar un estilo de vida saludable. ¿Qué hay más que una forma sencilla, económica y menos devastadora de mantenerse saludable?

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