Munchkin: el gato de patas cortas

¿De dónde viene el gato de patas cortas?

Una raza reciente

Todo empezó en Luisiana, donde una criadora llamada Sandra Hochenedel encontró a un gato negro de patas cortas. Ella le da el nombre de Blackberry. Hizo un emparejamiento. Como resultado, la mitad de la camada tenía las piernas especialmente cortas. Los individuos de la misma camada se convirtieron a su vez en criadores y transmitían ese disparo a sus descendientes. La cadena continuó y esto es lo que permitió desarrollar la raza de patas cortas.

El Munchkin se presentó por primera vez en el Madison Square Garden en 1991. En ese momento, la característica peculiar de esta raza se consideraba una enfermedad genética. Según los especialistas, esto no debería ser objeto de cría selectiva. Sólo la Asociación Internacional de Gatos le reconoce como una raza por derecho propio.

Una raza resultante de una mutación

El gato Munchkin se distingue por su pata corta que le da un aspecto de enano. Su cuerpo encaja en un rectángulo y es de longitud media. El pecho es ancho y la cola de longitud media. El Munchkin tiene un marco robusto envuelto en una musculatura bien proporcionada. Los ojos en forma de nuez adornan su cabeza triangular y las orejas son de tamaño medio. Existe una diferencia notable entre masculino y hembra. Un individuo pesa entre 5 y 10 libras. El traje puede adoptar muchos colores. Existen dos variedades según la longitud de los pelos. El de pelo corto tiene el pelaje tumbado y con bajopelos ligeros. El de pelo semilargo, en cambio, tiene un cuello ligero con bragas bien provistas.

Gato de patas cortas doméstico: ¿qué comportamientos?

Un personaje de gatito

El gato Munchkin es muy enérgico. Le gusta jugar y se engancha fácilmente con los que le rodean. Su dulzura y su espíritu juguetón hacen que mantenga a los mismos personajes que cuando todavía era un gatito. Muy activo, no salta demasiado, pero le encanta colarse y arrojarse sobre sus juguetes. Este gato agradece a la compañía, porque es muy sociable. Es paciente con niños. En cambio, le gusta menos que invadamos su territorio o que lo provoquemos. Esta raza no se adapta bien a la soledad. El apego que tiene hacia su amo le hace menos independiente. Para su bienestar, es mejor asegurar una presencia constante.

Un gato muy adaptativo

En la domesticación, el gato Munchkin no es exigente. Se adapta a todo tipo de ambientes, ya sea interior o exterior. Robusta, no teme afrontar ni el frío ni el calor. Además, es un animal muy activo, y esto es lo que le da esa gran capacidad de adaptación. Encontrará la felicidad en los brazos de un maestro amoroso, que sabe cuidarle día a día. Basta con asegurarse de que esté bien rodeado y que pueda realizar actividades físicas como jugar, sin duda será feliz en una familia con niños y otros animales. La gran ventaja de este animal asombroso es que no tiene ningún problema de salud particular.

Déjese tentar por esta experiencia y compruébelo.

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