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A menudo hablamos de un límite de tiempo por debajo del que estaría un hombre eyaculador precoz : unos segundos, 1 minuto o 2 minutos. No estamos a favor de este enfoque reductor que presenta el acto sexual como una performance. Consideramos que la eyaculación precoz está más relacionada con la gestión de las emociones y el reflejo eyaculatorio que con una duración.

Compartimos la opinión de muchos expertos para avanzar que la mejor definición de eyaculación precoz sería considerar como eyaculador precoz a cualquier hombre que no pueda controlar conscientemente su eyaculación. Por tanto, durante la mayoría de sus relaciones sexuales, un eyaculador precoz no puede decidir cuándo eyacular.

Eyaculación precoz, un trastorno generalizado

En Francia, en la encuesta de 1992 sobre la sexualidad francesa, el 37% de los hombres afirmaban tener eyaculación rápida a menudo oa veces. Un estudio de la American Psychiatric Society basado en 22 encuestas a estadounidenses sugiere que el 35% de los hombres se ven afectados por la eyaculación precoz a través del Atlántico. Aunque todavía es tabú y poco divulgada, la eyaculación precoz es el principal trastorno sexual y el primer motivo de consulta con sexólogos, muy por delante de la disfunción eréctil como la impotencia.

Las diferentes familias de eyaculación precoz

Sólo existe un tipo de eyaculación precoz. Es un fenómeno complejo y multifactorial que puede deberse a múltiples causas. Por eso no existe un «método milagro universal» para curar la eyaculación precoz.

Hay dos tipos principales de eyaculador precoz:

  • primaria: la padecen desde la pubertad.
  • secundarios: pasan a ser secundarios durante su vida por distintos motivos.

La tipología de la eyaculación precoz es más compleja, la detallaremos en otro artículo que clasificará las eyaculaciones precoces según el origen de este trastorno. Pueden tener causas psicológicas o fisiológicas, estar vinculadas a un mal conocimiento de los mecanismos de la excitación sexual y del reflejo eyaculatorio, o incluso a la adopción de malos hábitos.

En la gran mayoría de los casos, la eyaculación precoz no es una enfermedad, puesto que el reflejo eyaculatorio funciona perfectamente: este reflejo es simplemente más rápido que en otros. El único caso especial donde la eyaculación precoz se considera una enfermedad es el de causas físicas y fisiológicas: enfermedades como la prostatitis o accidentes…

Esté tranquilos, cada tipo de eyaculación precoz se puede tratar de manera muy eficaz con métodos específicos. La eyaculación precoz no es en ningún caso irreversible, los últimos avances en sexología permiten a cualquier eyaculador precoz controlar su eyaculación y tener una sexualidad plena.

Poner fin a la imagen de sexo que se transmiten los medios de comunicación

No te creas lo que ves en las películas, series y sobre todo películas porno. El sexo se presenta allí como algo mecánico que podría asimilar a un rendimiento deportivo. Todo lo que necesita hacer es aplicar un conjunto de técnicas y dedicar tiempo suficiente a ir y volver para que ambas parejas estén satisfechas y tengan orgasmos. Es hora de romper el culto a la performance que transmiten los medios y de entender la complejidad del acto sexual.

El propósito de las relaciones sexuales no es sólo tener un orgasmo. Si la eyaculación fuera nuestro único objetivo, muchos de nosotros preferiríamos masturbarnos que tener relaciones sexuales. Pero no es así, todos preferimos hacer el amor. Es bueno que busquemos otra cosa, compartir una intimidad, una complicidad, la magia de dar placer y recibirlo a cambio. ¡No olvidemos que el cerebro sigue siendo el principal órgano sexual! Si lo monopolizamos para la búsqueda del rendimiento fijando sólo objetivos cuantitativos –duración, número de movimientos de ida y vuelta, potencia– olvidamos lo esencial.

El culto al rendimiento es perjudicial para los eyaculadores precoces

Los hombres, y especialmente los eyaculadores precoz, deben entender que su objetivo no es conseguir una cierta duración de ida y vuelta con su pareja, sino una sexualidad satisfactoria con la que cada pareja esté plenamente satisfecha.

La duración de ida y vuelta es un medio para conseguirlo, pero en ningún caso es un fin. Además, esta obsesión por el rendimiento mantiene una presión muy fuerte ejercida sobre los hombres, y en particular los eyaculadores precoces porque son más sensibles a ellos. Siempre resulta contraproducente por ser fuente de ansiedad y estrés, factores importantes en la pérdida de control del reflejo eyaculatorio.

Es necesario aprender a desdramatizar, relajarse y entender que la intensidad de la relación y la química sexual entre las parejas es muy importante. Por tanto, las fases de excitación preliminares y postliminarios también son esenciales porque contribuyen a esta alquimia.

Recuperar la confianza por tener una sexualidad plena

Para liberar tu cerebro y tu cuerpo de esa obsesión por el rendimiento, debes sentirte seguro. De ahí la importancia de trabajar en su capacidad para controlar la eyaculación. De hecho, no hay una fórmula mágica sino distintas formas de hacer el amor según el estado de ánimo del momento. La clave es tener el conocimiento clave necesario para dominar tu cuerpo y dar vía libre a tu pasión.

Es como para el piano: lo virtuoso no es lo que es muy bueno técnicamente sino lo que logra transmitir una emoción más intensa. Para ello, debe tener una formación técnica mínima que le permita dar vía libre a su talento.

Así que tengamos claro esto. Lo importante es no durar 20, 30 o incluso 40 minutos durante el acto sexual. Lo importante es dar y recibir placer y que ambos socios estén plenamente satisfechos. Puede durar 5 minutos o una hora, todo depende de las circunstancias y protagonistas.

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