Plantar y cultivar jengibre en casa

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¿Cómo hacer crecer el jengibre?

Escoger el momento de plantación adecuado

Esta planta tropical se cultiva generalmente durante las estaciones cálidas y húmedas para permitir un crecimiento asegurado. Al provenir de países cálidos, está acostumbrado a estas condiciones climáticas, así que lo mejor es ofrecerle la misma temperatura que necesita para crecer.

Si vives en una zona donde el frío es a menudo permanente, tienes la opción de colocar la plantación en el interior en una habitación seca y climatizada.

La elección de las especies

Hay muchas especies de jengibre. Por tanto, las técnicas de plantación son las mismas. Depende de ti elegir el que más te convenga, pero al menos debe ser ecológico para facilitar su plantación. Aquí, las raíces sin arrugas y sin manchas son las más recomendables.

Opta también por aquellos con la piel de color beige brillante. Asegúrese de que los que elija tengan pequeños puntos en los extremos que después se volverán verdes y pronto serán los tallos.

Cortar el jengibre

Antes de cortar el jengibre, recuerde siempre esterilizar su cuchillo, sobre todo si tiene previsto plantar varias raíces. A continuación, divida la planta en varias piezas que van desde los 2,5 hasta los 4 cm. A continuación, deje que las puntas curen en un sitio muy seco hasta que estén completamente curadas antes de plantar.

Preparación de la plantación

Cuando sus piezas estén listas, prepare la tierra y el lugar. En cuanto a la calidad del suelo, mezcle tierra por maceta y compost. Dado que a esta planta le gustan los suelos ricos y ligeramente ácidos, esta iniciativa hará que crezca rápidamente y la mantenga sana sin riesgo de pudrirse.

Cómo plantar jengibre en una maceta

En cuanto a la ubicación, prefiera macetas de más de 30 cm de profundidad, sean de plástico o de terracota. Si los materiales están completos, es hora de proceder a la plantación. Llene las macetas con tierra y compostaje y coloque los trozos de jengibre a 10 cm de profundidad bajo tierra ya 20 cm de distancia de los demás poniendo los ojos hacia arriba sin taparlos.

El propio cultivo del jengibre

Es una planta de lento crecimiento que es muy susceptible a las enfermedades. A continuación le indicamos cómo debe hacerlo para limitar los riesgos tanto como sea posible.

Pozo de agua

Esta planta no tolera la sequía, necesita riegos frecuentes para mantener el suelo húmedo. Para ello, hay que regarlo en cuanto observe que la tierra está un poco seca. Si observa que está demasiado húmedo, deje de regar un rato, ya que su planta acabará muriendo si lo alimenta con demasiada agua.

Optar por la fertilización

Si tienes un suelo no demasiado fértil, puedes recurrir a productos fertilizantes cada mes para permitir a tu plantación un crecimiento estable. Si no, no se moleste en utilizarlo.

Utilice mulch

Los mulchings son esenciales para calentar los jengibres en propósitos de un lugar al aire libre, sobre todo durante las estaciones de frío. No dude en colocar una buena capa de mulch en su entorno.

Cosecha y cata de la raíz de jengibre

Pasan entre 9 y 10 meses después de la plantación, cuando las partes verdes se secan, puede desenterrar algunos de los rizomas y comerlos. Para el jengibre más joven y con más limón, sólo se puede cosechar al cabo de 5 o 6 meses. Si desea fragmentar sus rizomas para una nueva plantación, deberá asegurarse de que haya al menos un brote en el fragmento en cuestión.

El jengibre se puede mantener durante bastante tiempo, pero su sabor disminuye con el tiempo y se volverá mucho más picante y esto bastante rápidamente. Por tanto, lo mejor es consumir los rizomas frescos. Sin embargo, puede ponerlos en una bolsa de congelador y ponerlos en el congelador. Entonces puede conservarlo durante muchos meses. No dude en cortarlo en trozos pequeños antes de congelarlo, será más fácil descongelarlo y trabajarlo después.

Conocida por su poder revitalizante, también es muy buena para aliviar dolores de estómago y náuseas en mujeres embarazadas. Para ello, basta con frotar la raíz sobre un trozo de pan por la mañana. Es antiséptico, antibacteriano, alivia los dolores de cabeza, el reumatismo… En definitiva, es una auténtica estrella de la medicina asiática… y de la gastronomía, ¡claro!

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