Razones por las que el alcohol te emborracha
¿Por qué beber alcohol te emborracha?
alcohol etílico
Aparte del agua, azúcar o aromatizantes, ya sea en cerveza o whisky, hay etanol. El etanol es una molécula con unas características muy específicas, extremadamente soluble en agua, así como en la sangre. Destaca por su pequeño tamaño. Esta distinción significa que no es necesario cortarlo en trozos para pasar a la sangre.
No es necesario digerirlo, sino que se propaga directamente por las paredes del estómago y el intestino delgado. El alcohol circula así por toda la sangre del organismo y una vez viaja a las células, sobre todo en el cerebro, provoca sus primeros efectos. Cuanto más bebe más aumentarán estos efectos.
El camino del alcohol
La primera etapa del etanol no es todavía muy emocionante. Sólo le arranca un poco la boca y la garganta, pero está bien. Bajando al esófago, después al estómago y finalmente al intestino delgado, la carrera se hará más dura. Como el intestino delgado es poroso, el etanol no tendrá problemas para salir de los poros y entrar en el torrente sanguíneo.
Una vez liberado, el etanol circulará rápidamente por todas partes y alcanzará sus objetivos. Por tanto, la sensación de embriaguez se nota cuando el etanol circula por la sangre.
El mensaje nervioso pirateado
El alcohol induce efectos sobre la actividad del sistema nervioso central, incluido el cerebro y la médula espinal. El problema es que esta parte del ser humano es la que se encarga de interpretar las señales sensoriales y la que gestiona nuestras facultades de razonamiento.
El etanol modifica las membranas de las neuronas. Influye en los niveles de intercambio de información que controlan el comportamiento humano. El alcohol tiende a adherirse a determinados receptores y modifica la circulación de los mensajes nerviosos reduciéndolos o amplificándolos. Por eso, cuando bebes alcohol, tu comportamiento cambia.
La información distorsionada
El líquido presente en el oído asegura el equilibrio del cuerpo. Normalmente, este fluido se mueve e indica en el cerebro si el cuerpo está en equilibrio o no. Si no es así, la recuperación se realiza automáticamente con las manos y los pies. Al beber alcohol, la información ya no llega al cerebro y se pierden reflejos de recuperación.
Esto también afecta a la visión, porque normalmente, el cerebro suma las imágenes que nos vuelven a los ojos, pero la información que sale mal transmitirá imágenes superpuestas.
Liberación de neurotransmisores
Las primeras gafas son las mejores, dan sensaciones de euforia. Esto se explica debido a que el etanol provoca la reducción de las inhibiciones y permite la liberación de pequeña dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa.
Las próximas gafas implicarán un neurotransmisor mucho más negativo: el «GABA», que, en su especialidad, zapa todas las respuestas motoras, haciéndolo menos reactivo.
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