Síndrome de Wendy: priorizar a los demás
El dilema de Wendy, ¿cómo deshacerse de ellos?
Tomar conciencia del daño que provoca
Wendy es la joven que sirve a Peter Pan en la obra de James M. Barrie, famosa mundialmente. Como es sabido, Peter Pan es un niño que se niega a crecer por no tener que asumir las responsabilidades de un adulto. Siempre quiere vivir la aventura y evitar la estabilidad y la madurez. Es precisamente la imagen de todos los hombres inmaduros, incapaces de asumir la responsabilidad con ambas manos y siempre necesitan a una Wendy a su sombra.
Un signo de depresión
Wendy se encarga de la limpieza y de los niños perdidos. Entre otras cosas, lo hace de todo porque es lo que le hace feliz. De hecho, las personas con este síndrome sienten la necesidad de cuidar de los demás por miedo a no ser queridas, descuidadas o rechazadas. De hecho, sacrifican su necesidad, su sueño, su pasión y toda su vida por los demás. Por último, se arriesgan a ser frustrados y no valorados. Por tanto, conduce a la depresión.
Entender que el amor es recibir y no un sacrificio
El dilema de Wendy se manifiesta con frecuencia en la vida de pareja. Muchos han sido educados de que el amor es un sacrificio. Entendimos que debemos «calar» ante muchos hechos, que siempre debemos decir «sí» cuando nuestro marido pide algo, que primero debemos satisfacerlo sobre todo. Si amar es una tortura, ¿por qué exponerse? Amar, tener una relación madura y consciente, es saber escuchar, dar y recibir a cambio. También es saber decir no por el bien del otro. Sobre todo, el amor no debe ser obstáculo para alcanzar tus sueños.
Cuida de los demás, pero también de ti mismo
Pensar en uno mismo no significa renunciar a cuidar a los demás o renunciar a preocuparse por las personas que amamos. Lejos. El cónyuge, la familia, los hijos nos necesitan. Éstos son casi toda nuestra vida. Pero también tenemos nuestras necesidades, pasión, carrera, etc. Lo ideal sería encontrar el equilibrio entre todo esto. De hecho, es necesario tener en cuenta algunos aspectos.
Primero piensa en tu desarrollo personal. Más exactamente, tener tu propio espacio y pasiones. Por ese mismo hecho, saber defender nuestros valores y cuidar nuestra autoestima. En segundo lugar, debes estar orgulloso de ti mismo, de ti mismo, de lo que has conseguido siendo independiente. En tercer lugar, cuida también a tu pareja y no demasiado. Debemos entender que como seres humanos también debemos ser mimados, valorados y apreciados por nuestro justo valor. De hecho, si sentimos placer al cuidar de los demás, también debemos cuidarnos.
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