Trastornos psicosomáticos: cuando el dolor reprimido duele en nuestro cuerpo
¿Cómo afectan al cuerpo a las emociones reprimidas?
Las reacciones físicas del organismo, sean negativas o positivas, dependen generalmente de cómo asimilamos los efectos de algún evento externo.
Encontramos el origen de lo que llamamos trastornos psicosomáticos o sufrimiento de la mente en la represión de estas emociones que somos incapaces de gestionar y que rechazamos desde nuestra conciencia de forma negativa. Estas emociones fuertes que no somos capaces de manejar después se convierten en dolencias físicas.
Esto transmite lo poderosa que es la mente para producir afectos en el cuerpo. Pero además de las explicaciones de los vínculos entre el dolor reprimido y las dolencias físicas, citaremos de forma destacada las manifestaciones clínicas que corresponden a cada trastorno.
- Cefaleas e insomnio, ataques de asma: son frecuentes en personas que suelen enfrentarse al estrés.
- Problemas hepáticos: se producen de forma violenta cuando nos encontramos bajo los efectos de la rabia, la ira reprimida intensa o el resentimiento. De igual modo, la enfermedad hepática puede ocurrir cuando no somos capaces de adaptarnos a una situación o cuando sentimos continuamente una sensación de carencia o una sensación de miedo a perdernos algo que consideramos importante.
- Diarrea y grumos en el estómago o enfermedades de la vesícula biliar: se producen por efecto del pánico o una sensación de injusticia. También están ligados al miedo a elegir ya la dificultad para actuar.
- Angina de pecho o dolor de garganta: se produce cuando tragamos algo que queríamos decir, pero no nos atrevemos.
- Trastornos de la glándula tiroides: se encuentran durante una profunda tristeza, una sensación de impotencia e inutilidad y dificultades para afirmarse.
- Lumbalgia: está ligado a problemas de tensión, miedo al cambio y al futuro así como a preocupaciones financieras.
- Erupciones cutáneas: subraya la separación, el duelo, el rechazo o la vergüenza de las transformaciones corporales, la vulnerabilidad
Soltar y liberarse de las tristezas reprimidas
Para liberarse de las fuertes emociones reprimidas por dentro, sin duda hay trabajo por hacer. De hecho, los eventos que sucedan siempre nos afectarán.
Hablar en público, enfrentarse a un superior que nos maltrata… siempre nos estresará, pero existe todo un proceso de aprendizaje que favorecería el desarrollo de las capacidades personales para imponer límites y mantener la autoestima y evitar dejarse ir.
Las sugerencias automáticas son efectivas para el autocontrol. Cuando una emoción está a punto de intensificarse, dígase una frase positiva para asimilarla positivamente y así evitar dañar su cuerpo.
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