Una raclette, ¿te gustaría?

Queso

Si desea hacer una raclette, necesita unos 200 g de queso por persona. Aunque algunas personas coman menos y otras más, esa cantidad sería suficiente para mantener hambre a todo el mundo.

Si sobra, puede congelar el queso o utilizarlo en otras recetas. Puede escoger entre varios tipos de queso raclette: uno de sabor más o menos pronunciado o uno de sabor más suave.

Patatas

Una raclette digna de este nombre va necesariamente acompañada de patatas. Debería favorecer las patatas nuevas pequeñas y firmes. Antes se deben hervir o al vapor. Es necesario mantenerlos calientes durante toda la comida. Debería aportar entre 150 y 200 g de patatas por persona.

Acompañamientos

Puede elegir multitud de carnes, mariscos, verduras y abonos. Las pones en todas partes sobre la mesa, para que cada invitado se ayude a su antojo. Hay que tener cuidado de que las carnes crudas se corten bien finas, para que se puedan cocinar en poco tiempo.

Las posibles ideas de acompañamiento incluyen jamón cocido, carne de los Grisons, tocino, pechuga de pollo en rodajas finas, ternera picada en albóndigas, magret de pato o chiquillas, salami, chorizo, mar… También es posible acompañar la raclette con un surtido de abonos.

Pueden ser pepinillos pequeños o grandes, cebollas pequeñas en vinagre, aceitunas, alcaparras… No olvide ofrecer una ensalada verde con vinagreta y mostaza fuerte. También puede añadir una buena rebanada de pan de payés.

Bebidas para ofrecer con raclette

La raclette combina perfectamente con vino y cerveza. Los vinos blancos afrutados y vivos como las Côtes du Jura, los vinos de Saboya y Alsacia o la Côte du Rhône pueden hacer el truco. También hay vinos tintos claros como Beaujolais, Côtes de Brouilly, Juliénas… La cerveza, en cambio, debe ser suave y ligera.

Qué hacer con los restos

Después de una raclette, normalmente acabas con una variedad de restos. Hay muchas formas posibles de utilizar el queso. Se puede utilizar en gratinados de pasta y verduras, pizza, quiches, pasteles salados, pasteles salados, cortados en dados en ensalada, deshechos en el microondas unos segundos y repartidos generosamente sobre una rebanada de pan fresco. definitiva, con la raclette no se pierde nada, todo se transforma, siempre por la buena comida.

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